Compañía de Canje

Nació como Cuarta Compañía de la Asociación contra Incendios de Valparaíso, nombre que tenía en ese entonces el Cuerpo de Bomberos, fundado un 30 de junio de 1851. La Cuarta fue fundada específicamente un 17 de mayo de 1856 bajo los auspicios de la colectividad española residente y fue conocida por la ciudadanía porteña como Cuarta Compañía de Bombas “Valparaíso» o «La Española».

A raíz de los sucesos políticos-bélicos de la segunda mitad del siglo XIX, la situación se fue agravando para los bomberos españoles de Valparaíso, creándose en nuestro país una efervescencia popular y grandes campañas de prensa antiespañola. Este movimiento terminó con la disolución de la Bomba Española.

El 9 de enero de 1865 bajo la dirección de los señores Comandantes William Lederman y Manuel del Río, se reunieron antiguos bomberos de Valparaíso y siguiendo un pacto de honor acordado con anterioridad, se procedió a la fundación de la nueva compañía. Por determinación del Directorio del Cuerpo ocupó el número cuatro que se encontraba vacante desde la disolución de la bomba española.

La Cuarta Compañía jugó un papel fundamental en la defensa y vigilancia de la ciudad de Valparaíso durante la Guerra del Pacífico, en la que le correspondió cumplir funciones propias de la policía y el ejército, además de la ya consabida labor anti incendios.

El 17 de marzo de 1887 se declara un incendio de proporciones en la calle San Miguel, de la capital, en el combate del siniestro fallecen dos Voluntarios de la Tercera Compañía de Santiago «Bomba Fundador José Luis Claro Cruz». Ante el trágico fallecimiento, la Cuarta Compañía destina parte de sus fondos para ir en ayuda de las familias de esos heroicos voluntarios, que quedaban en una precaria situación económica.

A raíz de esta enorme muestra de solidaridad y fraternidad bomberil, ambas compañías acordaron desde 1888, mantener un canje de amistad que hasta hoy rige a ambas unidades. Como parte de esta hermandad entre Compañías, es ya tradición que Voluntarios y Oficiales de una Compañía acompañen a la otra en celebraciones, pero también en momentos dolorosos. Es sin duda, un ejemplo patente de la intensidad y pasión con que se vive la fraternidad bomberil sin números ni uniformes de distintos colores.


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