Buenaventura Cádiz Patiño

A la edad de diecinueve años y el mismo día en que la bomba del Poniente tenía su primera reunión (24 diciembre de 1863), el señor Buenaventura Cádiz ingresaba a ella para consagrarle actividad, entusiasmo y abnegación mientras residió en Santiago, y sus más cariñosos recuerdos durante su permanencia en Valparaíso.
Ya en 1868 fue Ayudante, y después desempeñó los puestos de Secretario, Tesorero, Teniente Segundo y Primero, Capitán y Director, mostrando en cada uno de esos puestos relevantes condiciones de trabajo y de mando, a la vez que el cabal concepto del deber y de la disciplina.
El 15 de abril de 1879, en horas de peligro para la patria, era elegido Capitán de Bomberos Armados, y después partía a los campos de batalla para distinguirse con Ramón Allende Padin, Benjamín Dávila Larrain, Ambrosio Rodríguez y otros bomberos de Santiago, que tan valiosos servicios prestaron en la provisión y ambulancias del ejército en campaña.
Alcanzó el tercer premio del Directorio del Cuerpo en 1875, el premio municipal acordado en 1880 a los salvadores del Cuartel de Artillería, el quinto premio de la Compañía en 1883 y el broche de oro de treinta y cinco años de servicios. Pero junto con esas recompensas oficiales, el voluntario Buenaventura Cádiz conquistó afectos profundos en sus compañeros de labor que en él veían un corazón adornado de sinceridad, sin dobleces, y de hermosas cualidades. No cabían ambiciones malsanas en su alma, henchida de rectos propósitos y elevados ideales. Fue leal en la amistad, abnegado en el sacrificio, constante en el bien y perfectamente honrado en todos los actos de su vida. Falleció el 15 de septiembre de 1906.

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