La calefacción, el gas y el monóxido de carbono
Próximos al invierno, el frío arrecia, la gente tiene una mayor necesidad de usar calefacción, aumenta el uso de la electricidad, gas, kerosene (parafina), leña, etc. Todos queremos que nuestra casa esté agradable y la temperatura oscile entre los 20 y 25 °C, procurando que no solo sea un ambiente, si no toda la casa.
No es tarea fácil, porque no es sólo prender la estufa, por cuanto lleva riesgos asociados, es fundamental mantener aireado el lugar y se requiere un uso responsable para prevenir accidentes con gas licuado (gas de petróleo en balones), natural (gas de cañería), parafina, leña y con el monóxido de carbono (gas propio de la combustión).
En el último tiempo debido a las bajas temperaturas, muchas temperaturas cercanas a cero, llevan consigo el uso de estufas y diversas formas de calefacción, sin tener el debido cuidado en el uso.
Generalmente el riesgo es la mala combustión y acumulación de monóxido de carbono que es producido por una combustión incompleta de madera, el carbón a leña, el carbón mineral, el gasoil, el kerosene, la gasolina, el butano, el propano y el gas natural.
Estamos hablando del monóxido de carbono, un gas inodoro, incoloro, insípido, no irritante y tóxico, difícil de detectar. No tiene propiedades indicadoras que permitan su reconocimiento, por eso es prácticamente imposible que una persona lo pueda reconocer. Es ligeramente más liviano que el aire.
Es un gas producto de la combustión, que encontramos normalmente en el tubo de escape de un automóvil y en la combustión de la cocina, estufas, calefones, chimeneas, etc. Este gas también lo puede producir una estufa a leña, a gas o a keroseno.
El requisito fundamental es que estén encendidas, con lo que producen esta especie de humo invisible en el ambiente, cuando tenemos fuego.
Características del monóxido de carbono.
Tóxico.
Es 300 veces más compatible que el oxígeno respecto a la hemoglobina de la sangre del ser humano. La hemoglobina es un compuesto que cumple la función de llevar al oxígeno captado en los pulmones a los tejidos del organismo.
Esta mayor afinidad le permite formar fácilmente en la sangre la carbo-hemoglobina, que capta el oxígeno del aire, pero no lo entrega en los tejidos, lo que produce una intoxicación general del organismo.
Es un gas incoloro, insípido e inodoro.
En ausencia de instrumentos, sólo se puede, ser detectado por los síntomas que produce en los seres vivos. Sin embargo, al producir inicialmente perturbaciones de la conciencia, no es advertido por los afectados, lo que es extremadamente peligroso.
Riesgos del Monóxido de Carbono (muerte).
El funcionamiento de artefactos a gas encierra peligros, a veces fatales, para los usuarios que no revisan las conexiones o dejan de ventilar el ambiente.
El mal estado de calefones o calentadores genera combustiones imperfectas, que liberan monóxido de carbono (CO). Este compuesto se mezcla con la sangre y asfixia las células. También existe el riesgo de intoxicación directa por gas, a causa de filtraciones.
Síntomas de Intoxicación con CO en el ambiente.
- 70 partes/millón, provoca respiración corta bajo ejercicio vigoroso, posible sensación de sienes tirantes.
- 120 partes/millón, respiración corta bajo ejercicio moderado, dolor de cabeza con palpitaciones.
- 220 partes/millón, evidente dolor de cabeza, irritabilidad, fatiga, mareos, perturbaciones en el juicio.
- 350-520 partes/millón, confusión, desmayo.
- 800-1200 partes/millón, inconsciencia, convulsiones intermitentes, fallas respiratorias, muerte por exposición prolongada.
- 1905, muerte.
Causas de Emanación
- Equipo en mal estado o con poca mantención.
- Falta de oxígeno en la casa o departamento.
- Falta de ductos de ventilación, mal diseño.
- Fuentes de CO en el Hogar.
- Calefones.
- Calentadores a gas (de cañería, natural, licuado o catalítico)
- Estufas a parafina.
- Braseros.
- Chimeneas, etc.
Si tiene niños pequeños, es importante que estén en un lugar a una temperatura adecuada. Los niños pequeños, especialmente los bebés, pierden calor corporal fácilmente y no producen tanto calor como los adultos. Cuando haga frío, esté atento a la temperatura corporal de los niños pequeños y la temperatura del recinto en el que se encuentra. Si usted usa chimenea o estufa a leña, debe realizar la mantención todos los años. Antes de encenderlos, asegúrese de que el tiraje esté abierto y de que haya ventilación adecuada al exterior.
Las estufas a gas, a kerosene también requieren de mantención previa, mantenga un stock de gas, parafina, leña adecuado para lo que indica el pronóstico meteorológico, lo más probable es que no pueda desplazarse a comprar ni le puedan llevar a su casa los distribuidores si las condiciones climáticas son complejas.
Es importante mantener a la vista números telefónicos de distribuidores de combustible a domicilio, números de emergencia, de las empresas de electricidad, agua, gas, etc., así como los de Ambulancia 131, Bomberos 132 y Carabineros 133.
Si va usar estufas, no las deje cerca de nada que pudiera provocar un fuego, como ropa de cama, cortinas o muebles, mantenga siempre a mano un extintor de incendios.
Ing Civil Luis Ángel Carrasco Garrido
Director de la Escuela de Prevención de Riesgos y Medio Ambiente UTEM
Fuente: http://apuntesdelprofesor.over-blog.es/2018/08/la-calefaccion-el-gas-y-el-monoxido-de-carbono.html