El día de ayer 15 de noviembre, nuestra Compañía se dio cita en ejercicio semipresencial debido a las restricciones de reunión que el Coronavirus nos ha impuesto, para homenajear a los Mártires de la Compañía.
El Sr. Secretario de la Compañía, don Maximiliano Echeverría Bertolone, inició la Ceremonia con un breve relato.
Un día como hoy, hace 58 años, nuestra casa Tercerina, hoy Cuartel General de la Institución, así como los Cuarteles de las 4ª, 6ª y 12ª, se encontraba absolutamente desolado. Solo habían pasado unas cuantas horas desde que la mayor tragedia en la historia del cuerpo tuviera lugar.
En efecto, aquel 15 de noviembre de 1962, en la construcción del edificio ENACO, a cargo de la firma Neut Latour y Compañía, a las 2:45 horas de la madrugada, se había desatado un incendio que terminaría por destruir casi un cuarto de la manzana ubicada en las intersecciones nororiente de Huérfanos y Amunategui, en el corazón de la Capital y junto con ello y más importante, nos arrebataba a seis compañeros de ideal.
El Incendio había comenzado en uno de los galpones de la construcción, arrasando con varios castillos de madera que fueron sofocados rápidamente por el trabajo de distintas compañías presentes en el lugar. Sin embargo, el destino quiso esta vez que el desenlace fuera distinto: uno de los muros de material sólido y colindante al incendio, había sido malamente construido sobre débiles bases de adobe, las que, al reblandecerse al contacto con el agua, terminarían por ceder. Como resultado, el colapso de un muro de más de 15 metros de altura, 24 heridos de diversa consideración y 6 Voluntarios fallecidos en el cumplimiento del deber, entre ellos, nuestro querido Patricio Cantó Feliú.
Esta tragedia de tener un mártir, no se vivía en nuestra Compañía desde que en 1920, don Florencio Bahamondes falleciera a causa de las graves quemaduras recibidas en el incendio del colegio de los padres franceses, y antes, desde 1918, en que don Alberto Reyes Naranjo muriera a causa de la colisión de la carbonera de la bomba España, mientras se dirigía en ella a un Incendio, y antes, desde 1887 y 1896 en que fallecieran don Luis Segundo Johnson, don Rafael Ramírez, y don Víctor Cato, a causa de las graves lesiones también sufridas en un derrumbe, mientras combatían el incendio en la casa del Doctor Vicente Morelli.
Qué trágico destino el de la «Claro y Abasolo», Compañía Fundadora de la Institución, escribiendo las páginas de la historia con sangre de sus hijos inmolados en el cumplimiento del deber.Discurso del Secretario de la Compañía. Maximiliano Echeverría Bertolone
La Ceremonia continuó con la colocación de una ofrenda floral a la piedra ubicada en el frontis de nuestro Cuartel, que recuerda a todos los mártires tercerinos, con la compañía formada frente a ella y encabezada por el Sr. Director don Javier Román Ramírez, el Sr. Secretario General de la Institución don Jorge Echeverría Noton, y el Sr. Capitán, don Rodrigo Pineda Pastén.
Posteriormente, la Compañía presenta sus honores a la urna que resguarda los uniformes de nuestros mártires, seguido por el discurso dado por el último Voluntario ingresado a las filas don Sebastián Pinto Berrios.
Para finalizar, se hizo entrega el premio Daniel Castro Bravo, que reconoce a la mejor asistencia de los Voluntarios Honorarios.
Varios años tuvieron que pasar para que nuestra compañía pudiera reponerse de tan irreparable perdida. Patricio era un joven que de forma desinteresada, había ingresado en la plenitud de su juventud a integrar nuestras filas, aquí, con tan solo 20 años de edad. Pese a esto, su recuerdo se ha mantenido inalterable con el paso del tiempo, en que se le ha recordado y conocido por todas las generaciones de tercerinos que han servido a esta compañía con posterioridad, aquellos tercerinos que le dieron su nombre a la Guardia Nocturna y cuidaron su bomba, que aún descansa en este cuartel.
No obstante, el destino pareciera que esta firma tras nuestros hombres, como un mal vigía que no da tregua y busca poder dar un golpe maldito en cada ocasión que puede. Así, el miércoles 19 de octubre de 2005, hace 15 años, el martirologio nos arrebataba a otro gran bombero, don Daniel Castro Bravo, a la sazón Intendente de la Tercera y un activo bombero al servicio de la ciudad.
A escasas cuadras del Cuartel ardía descontroladamente una gran fábrica de muebles y el incendio era declarado por nuestra compañía. Daniel estaba aquí, bajó por estos mismos peldaños que están a mis espaldas, tripuló esta misma bomba que hoy está frente a nuestros ojos y cruzó -sin saberlo- por última vez la salida de nuestra sala de máquinas.
En el lugar del Incendio, Daniel trabajó demostrando lo que era: uno de nuestros mejores hombres, el destino parecía estar escrito, dio lo mejor de sí, hasta que las fuerzas no lo acompañaron más, tan solo unos minutos después de haber prestado el primer socorro, Daniel emprendía su rumbo a la gloria eterna e inscribía su nombre en el libro dorado de nuestra Historia.
Es por esto, que, honrando su entrega al desinteresado servicio por nuestra causa, nuestra Compañía instaura el premio «Daniel Castro Bravo» al Voluntario Honorario que obtenga el primer lugar de asistencia en los actos obligatorios del Servicio comprendidos entre el 01 de octubre y el 30 de septiembre del año siguiente.
Premio Daniel Castro Bravo
- Quinto lugar. Vol. Hon. Sr. Hernán Fuenzalida Celis, con 56 asistencias.
- Cuarto lugar. Vol. Hon. Sr. Juan Aramayo Paladino, con 58 asistencias.
- Tercer lugar. Vol. Hon. Sr. Manuel Mendoza Carrasco, con 58 asistencias.
- Segundo lugar. Vol. Hon. Sr. Rodrigo González Álvarez con 66 asistencias.
- Primer lugar. Vol. Hon. Sr. Carlos Ayub Asfura, con 70 asistencias
En consecuencia, y según lo determinado por el Honorable Consejo de Disciplina de la Compañía con fecha 11 de noviembre de 2020, se hace acreedor de este reconocimiento, el Consejero de Disciplina y Voluntario honorario, Sr. Carlos Ayub Asfura.
Discurso del Secretario de la Compañía. Maximiliano Echeverría Bertolone
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